Las formas


Aunque en absoluto era mi favorita del pasado año, me pareció perfectamente lógico que The Shape of Water se hiciera con el Óscar a mejor película; no podía haber mayor correspondencia con los criterios de la Academia; que premian la calidad, sí, pero el clasismo hollywoodiense también. Para premiar y potenciar la innovación, la agitación cultural y los desafíos artísticos (que es lo que realmente hace avanzar al séptimo arte) ya está Sundance y los festivales europeos; los Oscar están para premiar el buen hacer hollywoodiense de toda la vida.
Y como buen cine clásico de Hollywood, la de del Toro es una película técnicamente muy correcta, bien interpretada, con un argumento naif, unos personajes planos (o muy buenos o muy malvados), una relación amorosa que se da porque sí (¿cómo se enamoran los dos protagonistas? No lo sabemos. ¿Se supone que no importa?) y diversas licencias poéticas inverosímiles. No me refiero a que haya una criatura anfibia y antropomorfa con atributos divinos, eso se acepta de entrada (es una película fantástica), sino a llenar una habitación de agua, como si fuera una piscina, tan sólo cerrando la puerta y tapando la ranura inferior con una toalla. Vale, la escena es bonita, así que te la acepto Guillermo del Toro. Lo que no acepto, menos aun habiéndome dedicado a ello profesionalmente, es que un empleado de limpieza se bañe antes de ir al trabajo y no después


Cómo estropear una buena película #2: "It comes at night"


Con el título

It comes at night es un thriller dramático duro, de combustión lenta y tensión constante. Muy bien interpretada, rodada con corrección. Una buena peli.
Pero ¿por qué ese título? ¿A qué narices hace referencia? Uno se pasa todo el film esperando aquello que llega de noche, para que, al final, ejem, no llegue. Todas las críticas negativas que he leído de este film se quejan de los mismo, de las falsas expectativas, de dejar cabos sueltos. Pero el problema es únicamente el título, que nos predispone a ver una película que no es la que acabamos viendo. Porque no se trata de un film de misterio.
Ignorad el título y quizás podáis disfrutarla como se merece.

Cómo estropear una buena película #1: "Ingrid Goes West"


Con los cinco minutos finales
(así que spoilers a partir de aquí)

Ingrid Goes West (Matt Spicer, 2017) tiene el mérito de ser divertida y triste a partes iguales. La trama (entretenida, fluida) contiene con un humor ácido y un patetismo constantes, bien equilibrados. Lo actores están escogidos con buen ojo; a Aubrey Plaza le sienta como un guante la inestabilidad mental y Elisabeth Olsen parece que esté interpretando a alguna de sus hermanas. Todos los personajes son antipáticos y/o deprimentes, como deben de ser en una película que habla de la superficialidad de las redes sociales y de la hipocresía del mundo de las celebridades. Tan solo el personaje de O'Shea Jackson Junior es el contrapunto inocente y bonachón que nos da un atisbo de esperanza en la raza humana.
Si bien la temática de la película no es nada nueva, sí es interesante que se centre en Instagram. A diferencia de otras redes sociales, Instagram tiene una particularidades propias basadas en la sencillez de elementos; se compone fotografías (y sus filtros), videos breves, número de seguidores y likes y hashtags. Instagram construye identidades a través de imágenes, no de ideas; trasmite tan solo información estética, visual, y apenas emplea puntuales conceptos (los hashtags) que, en todo caso, son tan generales que acaban por no significar nada (#perfecto, #felicidad, #natural, #amistad, #belleza… ). Tu vida y tu persona pública se reduce a una un torrente de instantáneas (ensayadas, seleccionadas y modificadas) y a enumeraciones infinitas de tópicos buenrollistas. Y de esto no sólo viven un puñado de gente sino que, pero aún, hay un número mucho mayor que aspira a hacerlo.

Pues bien, bastan los cinco minutos finales Ingrid Goes West para mandar al carajo el sentido de la película y su comentario crítico.
Ingrid, rechazada por la celebrity a la que admira y expulsada de su círculo, decide suicidarse y retransmitirlo en directo desde la aplicación… Solo que al final no muere y, su nota de suicidio en video se convierte en trending topic y por fin consigue todos aquellos seguidores con los que tanto había soñado.
Así que mensaje final de la película parece insinuar:

1. Instagram no es malo en sí, lo son algunas que hacen uso de él. En Instagram hay gente buena que lo usa para cosas buenas (y estos son la mayoría) 

2. Si no puedes ganarte el cariño de la gente triunfando y siendo guay, es decir, conseguir su amor a través de su admiración; sé víctima y mártir y recibirás el amor de todos en forma de compasión.

3. Persigue tus sueños y los harás realidad.

En fin,
#dreamscometrue
#goodvibesonly
#noregrets
#happy
#luv 





Ejercicios de estilo


Es con películas como Perturbada (Unsane, 2017) cuando uno se da cuenta de lo bueno que puede llegar a ser un director. Y no por ser una película buena, sino precisamente porque es mala.
El problema de Perturbada es el guión. Aunque hay algunos diálogos interesantes (reforzados por las actuaciones que, eso sí, son todas muy buenas), la trama es vulgar y está llena de trampas y situaciones totalmente inverosímiles. Lo que en un principio parece un thriller psicológico que juega a la ambigüedad de si lo que vive la protagonista es real o no (tampoco esto muy original, la verdad) y que justificaría algunas de las cosas que suceden (que, simple y llanamente, carecen de sentido), acaba desvelándose pronto como un thriller de terror del montón, casi a nivel de telefilm. En manos de un director menos capaz saldría un filme mediocre cuando no malo, aunque contase con buenos actores; algo parecido a Irresistible (2006) y Obsesión (Asylum, 2005) que pueden contar con Susan Sarandon, Ian McKellen o Sam Neil y no dejar de ser un producto para domingo por la tarde en Antena 3.
Creo que era Béla Balázs quien decía que una película con un buen guión podía ser buena, mala o regular, pero que una película con un guión malo sería siempre mala. Perturbada no escapa de esta máxima pero realmente Soderbergh sabe sacarle todo el brillo posible y convertirlo en algo, al menos, estéticamente interesante. La película está rodada por completo con un Iphone7 lo que le da una textura particular a la imagen y se distancia del aspecto del cine más convencional además de trasmitir cierta sensación de realismo que, combinado con junto a una fotografía que por contra es angulosa y llena de planos llamativos, resulta en una atmósfera extraña e incómoda, aquella, en definitiva, que un thriller psicológico pide. Por otra parte, la música, mínima y sencilla, y la ambientación del hospital, con la fría neutralidad de los no-lugares, acaban por configurar una estética verdaderamente estimulante. En definitiva, todo lo bueno que puede hacer un director con un material así Soderbergh lo hace, aunque esto no baste para que el resultado sea satisfactorio. Como el  cocinero que, aunque se esmere y ponga todo su empeño en el plato, este queda lastrado por unos ingredientes de mala calidad.
Aunque con estéticas radicalmente distintas (la una barroca, la otra naturalista y cruda), Unsane me ha recordado a La cura del bienestar (A Cure for Wellness, 2016) que, aparte de contener una historia similar, se trata de un producto muy bien rodado e interpretado, pero con una guión deficiente.  

Con esta película, junto a otras de la filmografía de Soderbergh, tengo la sensación de que se trata de ejercicios de estilo, retos que el mismo director se impone para experimentar con la técnica cinematográfica sobre materiales y géneros distintos (ciencia-ficción, comedia, acción, thriller…). Pensad en  Kafka (1991), The girlfriend experience (2009), Indomable (Haywire, 2011), Solaris (2002) e incluso con Ocean'sEleven (2001). El reusltado final de estos "ejercicios" es bastante irregular, hay cosas interesantes y también fallidas, pero precisamente en eso consisite experimentar.

No puedo terminar sin insistir en el trabajo de los actores en Perturbada; están todos geniales. Especialmente Claire Foy que capaz de mostrarse frágil y aterrorizada a pasar a ser un verdadero huracán, sin contradecir en ningún caso la esencia del personaje. También es gracias a ella que se "salva" la película.


Longo


Cada vez que veo alguna imagen de los Hombres en las ciudades de Robert Longo no puedo evitar pensar: "¡¿¿Y este tío dirigió Johnny Nmeumonic??!"
 

Querido Jaume Collet-Serra


Querido Jaume;
he visto tu última película, la del tren, y me ha encantado. Tus pelis (lo tuyo no son películas, son pelis) molan mogollón. Y es que una carrera que comienza cargándose a Paris Hilton ya promete. Tu primera película con Liam Neeson es la hostia: Sin Identidad es como el Frenético de Polanski pero mucho mejor, porque la tuya acaba con una explosión.
¡Y qué decir de Non-stop! Aquí hay mucho suspense porque todo pasa en un avión. ¡Qué ingenio! ¡De un avión en el cielo no se puede escapar!  ¡A tres mil metros de altura nadie puede oír tus gritos…! Lo nunca visto.  Pero es que con Commuter te has superado, ¡esta vez Liam va en un tren! ¿De donde sacas las ideas, Jaume?

 Pues te lo diré yo: de una mente creativa como la mía. Sí, sí, porque tú y yo tenemos muchas cosas en común, tenemos ese don, ese nosequé. Así que, en aras a una futura colaboración, te paso el pitch (así lo llamáis en Hollywood, ¿no?) de algunas ideas que tengo para peliculones. Los guiones no están escritos, pero basta que me adelantes algo de pasta y me pongo manos a la obra.


IDEA nº1
Va de un tipo sesentón, padre de familia venido a menos por que bebe y tal y su hija no quiere saber nada de él (no tengo muy claro quién podría interpretarlo, tiene que ser alguien con cara de amargado, pero que pueda dar hostias como panes. ¿Alguna idea?) que trabaja conduciendo un minibus que lleva ancianos a un Centro de Día. Pues resulta que uno de los viejos es un antiguo nazi y otro es un judío superviviente del campo de concentración donde el primero trabajaba como guardián. El nazi debe cargarse al judío para que no le delate, pero como se lía (cosas de los viejos, que no atinan) pues se va cargando a todos los viejos del minibús, uno a uno. Entonces el conductor debe resolver los crímenes que se van sucediendo antes de terminar la ruta.
La gracia es que toda la acción sucede en el minibús.

IDEA nº2
Un ejecutivo senior de una gran empresa (quizás podría interpretarlo Liam Neeson. O Mel Gibson. Pero mejor Liam Neeson) está en horas bajas y ha perdido mucho dinero en un mal negocio; en su familia y en su empresa todavía no lo saben, pero debe un pastizal. Así que, para ahorrar, el tío coge un BlaBlaCar para ir a una importante reunión en Chicago donde se juega su puesto de trabajo. Lo que no sabe es que entre los cuatro viajeros del coche hay un terrorista encubierto al que tendrá que desenmascarar y reducir (o sea, matar a puñetazos).
La gracia es que toda la acción pasa en el coche.

IDEA nº 3
Un exalcohólico divorciado en paro (Liam Neeson) que quiere recuperar el cariño de su hijo se apunta a la carrera anual de tándem de Pittsburgh para que así, padre e hijo, estrechen lazos. El hijo, pero, rechaza participar, porque dice que su padre siempre lo deja todo a medias (como los trabajos y su matrimonio) así que él, dispuesto a demostrarle que es capaz de cumplir con su palabra, va a la carrera igual y toma por compañero a un espontáneo. Lo que no sabe es que ese espontáneo es un asesino a sueldo contratado para matar al alcalde, que les espera en la meta.
La gracia es que toda la acción pasa sobre la bici.

De nada,
Hermanos Alquézar 




Guardiola


Alguien me contó que el antiguo entrenador del Barça, antes de los partidos importantes, ponía a sus jugadores un montaje con escenas de diversas películas de tono épico: Gladiator, Braveheart… cosas así. Como los soldados de la Wehrmacht escuchando a Wagner, los jugadores del Barça calentaban su ardor competitivo con Mel Gibson alentando a las tropas.
Mi amigo Elías y yo nos preguntábamos un día qué pasaría si, en su lugar, le pusieran un montaje con escenas de Holly Motors, Stalker o Mulholand Drive para que salieran al campo preguntándose: ¿Pero qué coño ha pasado? ¡¿Qué esta pasando aquí?!


Maristas

El novio de una antigua compañera de piso me contó que, cuando estudiaba la ESO en un colegio de los Maristas, su profesor de religión propuso a los alumnos que trajeran películas que de algún modo trataran la temática religiosa para verlas en clase y, a partir de ellas, abrir debate.
Ese año vieron Seven, El exorcista y, más importante aún, Hellraiser.